El exdiputado Omar González, uno de los opositores que estuvo asilado en la embajada de Argentina en Caracas, dio detalles de la llamada «Operación Guacamaya» que le permitió a él y al resto de colaboradores de María Corina Machado salir del inmueble y poder arribar a EEUU, la cual, dijo, se ejecutó «con la precisión de un relámpago».
«No hay palabras capaces de contener la tormenta que rugió en mi alma cuando el silencio de la noche se quebró y supe, con una certeza que estremecía mis huesos, que seríamos libres», empezó su relato. Además, agregó que este hecho representó un «golpe colosal» al Gobierno de Nicolás Maduro y «una grieta irreparable en su fachada de invencibilidad».
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Según el dirigente de Vente Venezuela, Machado y los aliados forjaron un «plan audaz». «Cuando llegó el momento, todo se ejecutó con la precisión de un relámpago. En la madrugada, sin un solo rumor que delatara el movimiento, cumplimos las etapas previstas hasta que rostros desconocidos, pero fraternos nos guiaron hacia la libertad», mencionó en un artículo para La Razón.
Comentó que en la ejecución de la «Operación Guacamaya», no hubo disparos «ni caos». «Solo una sincronización perfecta, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para concedernos un milagro», describió.
LA SENSACIÓN DE OMAR GONZÁLEZ TRAS ABANDONAR EL RECINTO
Tras subir al primer vehículo, dijo González, lanzó una «última mirada» a la embajada. «Aquel lugar, que por más de un año fue mi prisión, ahora parecía insignificante, frágil. Imaginé a los agentes del régimen despertando, atónitos, al descubrir que su ‘operación perfecta’ había sido burlada».
Según el opositor, la llamada Operación Guacamaya no fue solo «nuestra liberación»; sino «un rugido al mundo».
González insistió en que dicha operación demostró que el Gobierno de Maduro es «frágil» y que «su dominio se tambalea, su hora final se acerca».