La Cruz Roja Venezolana informó este sábado que, con «aceptación de las partes involucradas», brindó asistencia a los opositores asilados en la embajada de Argentina en Caracas.
En un comunicado, el organismo humanitario precisó que atendieron a los activistas, basándose en los «principios fundamentales» de humanidad.
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«Basados en nuestros principios fundamentales de humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad, y contando con la aceptación de las partes involucradas, informamos que en el día de hoy (sábado), hemos brindado asistencia en salud a los ciudadanos que se encuentran en la residencia de la embajada de la República Argentina en Caracas», dijo la Cruz Roja.
En ese sentido, reiteró su disposición para «atender a quienes lo necesiten, sin discriminación de ningún tipo».
SITUACIÓN DE LOS ASILADOS EN LA EMBAJADA
El pasado 20 de marzo, los opositores venezolanos cumplieron un año asilados en la embajada de Argentina en Caracas en medio de muchas dificultades, entre ellas, las denuncias de cortes de los servicios de luz y agua, además de restricciones en el acceso a alimentos y medicinas.
Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Humberto Villalobos y Pedro Urruchurtu insisten en la emisión de los salvoconductos previstos en las normas internacionales para concretar su salida y poner fin a su condición de «rehenes». Además, abogan por una visita humanitaria al recinto donde permanecen encerrados desde hace 365 días.
«Hoy, 20 de marzo, cinco de nosotros, miembros del comando de campaña de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, marcamos un año encerrados en la embajada argentina en Caracas, un refugio que se ha convertido en una prisión bajo la cruel dictadura de Nicolás Maduro. Al mirar atrás, las memorias de este año son un torbellino de emociones: desesperación, rabia, fuerza de voluntad y una firme esperanza luminosa que nos mantiene en pie», señaló Omar González en aquel entonces.
Resaltó que desde el primer día «se ha sentido como un encierro sin fin. Sin visita, sin atención médica y poca agua y comida. La falta de electricidad y los servicios básicos han convertido nuestras vidas en una lucha constante por la supervivencia».
«Los días se deslizan entre las paredes de este lugar, mientras el eco de los gritos y el ruido de la represión se filtran a través de las ventanas, recordándonos la amarga realidad que acecha afuera. La vigilancia es omnipresente. La policía de Maduro, armada hasta los dientes, nos observa con desdén, apoyada por francotiradores que nos miran desde los techos vecinos», manifestó el opositor en sus redes.