En una ceremonia cargada de simbolismo patriótico, el presidente de EEUU, Donald Trump, firmó este viernes, 4 de julio, su ley presupuestaria, bautizada por él mismo como la “gran y hermosa ley”.
El evento, realizado en la Casa Blanca, incluyó fuegos artificiales, sobrevuelo de aviones militares y la presencia de figuras clave del Partido Republicano.
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Trump calificó la aprobación como una “victoria fenomenal”. También aseguró que no había «mejor regalo de cumpleaños para Estados Unidos» que esta ley, la cual consolida su agenda en el segundo mandato.
La legislación, aprobada por un estrecho margen de 218 a 214 votos en la Cámara de Representantes, contempla un gasto de 4,5 billones de dólares para extender los recortes fiscales iniciados en su primer mandato.
Además, incluye una fuerte inversión en defensa y seguridad fronteriza, con especial énfasis en financiar campañas de deportación masiva de migrantes.

Según Trump, esta ley convertirá al país “en un cohete espacial” y garantizará que Estados Unidos siga siendo “el más fuerte del planeta”.
Sin embargo, el megaproyecto ha generado intensas críticas tanto dentro como fuera del Partido Republicano. Los llamados “halcones fiscales” consideran que los ahorros prometidos son insuficientes, mientras que los moderados temen que los recortes a programas sociales como Medicaid y el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) afecten su popularidad.
Se estima que hasta 17 millones de personas podrían perder su cobertura médica, y decenas de hospitales rurales podrían cerrar.
Los demócratas, por su parte, han denunciado que la ley representa una redistribución de riqueza de los más pobres hacia los más ricos.
El líder demócrata Hakeem Jeffries ofreció un discurso maratónico de más de ocho horas en la Cámara para exponer los «efectos negativos» de la ley, calificándola como una “sentencia de muerte” para la economía de millones de estadounidenses.
Ahora, la oposición espera convertir esta ley en un eje central de su campaña para recuperar la Cámara Baja en las elecciones de 2026.
Mientras tanto, Trump celebró con entusiasmo el Día de la Independencia, rodeado de simpatizantes, militares y su esposa Melania. En su discurso, reafirmó que “Estados Unidos está ganando como nunca antes” y prometió que esta ley marcará el inicio de una “nueva era dorada”.