El presidente electo de EEUU, Donald Trump, anunció a Kevin Marino Cabrera como el próximo embajador en Panamá, en medio de una creciente polémica sobre el control del Canal de Panamá.
Trump, conocido por su postura firme en temas de política exterior, criticó duramente a Panamá por lo que considera una «estafa» en la administración del canal.
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Según Trump, las tarifas que Panamá cobra a los barcos estadounidenses son «ridículas». Lo más controversial, es que amenazó con recuperar el control del Canal si no se reducen.
Kevin Marino Cabrera, actual comisionado del condado de Miami-Dade, ha sido descrito por Trump como un «feroz luchador» por los principios de «America First».
Cabrera ha sido fundamental en el impulso del crecimiento económico y las asociaciones internacionales en su condado. Trump confía en que hará un «trabajo fantástico» representando los intereses de Estados Unidos en Panamá.
Cabrera ha expresado su gratitud por la nominación y se ha mostrado dispuesto a asumir el desafío.
La administración del Canal de Panamá ha sido un tema recurrente en la política exterior de Trump.
El canal, construido por Estados Unidos e inaugurado en 1914, lo transfirieron a Panamá en 1999 tras los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977.
El magnate argumentó que la generosidad de Estados Unidos hacia Panamá no ha sido correspondida. Además, acusó al país centroamericano de permitir una influencia desproporcionada de China en la región.
Las declaraciones de Trump han generado una ola de rechazo en Panamá, donde se han llevado a cabo protestas frente a la embajada estadounidense.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha defendido la soberanía del país sobre el canal y ha rechazado las amenazas de Trump.
Mulino ha asegurado que las tarifas del canal no son un capricho y que la administración del mismo no está bajo el control de ninguna potencia extranjera.
