Las calles de Los Ángeles (EEUU) son el escenario de intensas protestas tras las recientes redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). En respuesta a la creciente tensión, el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, en inglés) se declaró en «alerta táctica».
De acuerdo con USA Today y otros medios, esto implica que la policía y otras fuerzas del orden están movilizando a todos sus elementos para contener las manifestaciones que han sacudido la ciudad desde hace cuatro días.
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En concreto, una alerta táctica es un procedimiento implementado por cuerpos policiales, como el LAPD. Su objetivo es enfrentar situaciones que exigen una movilización extraordinaria de recursos o una coordinación operativa específica.
Este tipo de medida permite extender el servicio de los agentes más allá de su horario regular, reorganizar el despliegue del personal y concentrar esfuerzos en responder a incidentes de alta prioridad, como emergencias graves, amenazas a la seguridad o eventos de riesgo elevado.
Como se informó desde el fin de semana, la situación se agravó con la llegada de la Guardia Nacional, ordenada por el presidente de EEUU, Donald Trump, lo que ha generado una fuerte controversia.
Las protestas comenzaron luego de que 118 personas fueran arrestadas. Todas en operativos migratorios en zonas con alta presencia latina, como la ciudad de Paramount.
La indignación ciudadana se tradujo en movilizaciones masivas, con manifestantes exigiendo respeto a los derechos de los migrantes. Sin embargo, la respuesta de las autoridades ha sido contundente. En este contexto, el LAPD declaró varias protestas como «asambleas ilegales», utilizando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud.
Pero el despliegue de la Guardia Nacional generó un punto de controversia especial o importante en medio de toda la dramática situación. Mientras Trump defiende la medida como un esfuerzo por «restablecer el orden», el gobernador de California, Gavin Newsom, calificó el hecho como un «espectáculo político». También como una violación de la soberanía estatal, ya que no se le consultó.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también ha expresado su rechazo, argumentando que la presencia militar solo exacerba la crisis en lugar de resolverla.
LA TENSIÓN CRECE
En las calles la tensión sigue en aumento, aunque con menos confrontaciones que durante el fin de semana. Manifestantes han bloqueado la autopista 101, paralizando el tráfico en ambos sentidos, mientras que la policía ha realizado decenas de arrestos.
Asimismo, se informó este lunes que un batallón del cuerpo de Marines estadounidense se ha unido a los más de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional desplegados en el condado de Los Ángeles. Todo, bajo el argumento de contener las protestas contra las recientes redadas migratorias, informó el Departamento de Defensa.
