El pequeño pueblo de Delphi, en Indiana (EEUU), fue el escenario del inicio del juicio contra el acusado de asesinar a dos niñas en 2017.
Tras cinco largos años de una investigación que parecía no avanzar, un giro inesperado sacudió a Delphi. Detuvieron a Richard Allen, un vecino aparentemente común y trabajador de una farmacia local. Lo capturaron en octubre de 2022 y bajo la acusación de asesinar brutalmente a Abigail Williams y Liberty German. Se trata de dos adolescentes de 13 y 14 años, respectivamente.
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Ahora, este hombre, de 52 años, enfrenta cargos que podrían condenarlo a más de un siglo de prisión.
El viernes, el juicio por el asesinato de las niñas dio un giro dramático. Específicamente, cuando el fiscal, Nicholas McLeland, presentó al jurado impactantes imágenes de la escena del crimen, revelando la brutalidad con la que las jóvenes fueron asesinadas.
Sin embargo, el abogado defensor, Andrew Baldwin, contraatacó, sembrando dudas sobre la culpabilidad de Richard Allen.
Baldwin sugirió que la presencia de cabello en la escena podría no vincular definitivamente a Allen con el crimen y planteó la posibilidad de que las niñas hayan sido llevadas por otra persona.
El juicio se lleva a cabo en la corte del condado de Carroll, a solo unas cuadras del lugar donde ocurrió la tragedia, bajo la atenta mirada de una jueza especial.
Para garantizar un proceso justo y evitar cualquier influencia externa, los jurados, provenientes de localidades distantes a casi 100 millas, se encuentran aislados en un lugar seguro.
Durante el mes que se estima durará el juicio, tendrán restringido el acceso a noticias y sus comunicaciones estarán estrictamente controladas para evitar cualquier contacto con el mundo exterior.
ASÍ DIERON CON EL SOSPECHOSO
A las niñas, conocidas como Abby y Libby, las localizaron muertas el 14 de febrero de 2017. En concreto, en una zona escarpada y boscosa a un cuarto de milla del sendero Monon High Bridge. Desaparecieron el día anterior cuando hacían senderismo a las afueras de su pueblo natal.
Durante la investigación inicial, en 2017, Richard Allen fue interrogado por las autoridades.
El sospechoso declaró haber estado presente en el sendero el día de los asesinatos, indicando haber visto a tres mujeres en el Puente de la Libertad. No obstante, Allen aseguró en su declaración que no había entablado conversación con ellas.
Esta información, que ahora cobró mayor relevancia con las nuevas pruebas presentadas en el juicio, resultó clave en el desarrollo del caso
Tras la primera entrevista en 2017, donde Allen describió haber visto a varias jóvenes en el sendero, la policía decidió profundizar en la investigación.
Durante un nuevo interrogatorio en octubre de 2022, las autoridades realizaron un registro en la vivienda de Allen y confiscaron una pistola.
Las pruebas balísticas resultaron, de momento, contundentes: una bala encontrada cerca de los cuerpos de las víctimas coincidía con el arma de Allen, lo que lo convirtió en el principal sospechoso.
