La dura condena que enfrentarán quienes quemen la bandera de EEUU, según este proyecto de ley de Trump

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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Archivo

El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció su respaldo a un proyecto de ley que busca penalizar a quienes quemen la bandera de Estados Unidos.  

La propuesta surge en medio de protestas de migrantes en Los Ángeles, donde manifestantes han incendiado la insignia nacional, lo que ha generado un fuerte debate sobre los límites de la libertad de expresión y el respeto a los símbolos patrios. 

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Durante un discurso en Fort Bragg, Trump enfatizó que la iniciativa –que propone al menos un año de cárcel– cuenta con el apoyo de varios senadores, incluyendo Josh Hawley, quien expresó públicamente su respaldo a la medida. 

Según el presidente Trump, la quema de la bandera es un acto de desprecio hacia el país y debe ser castigado severamente.  

Sin embargo, críticos argumentan que esta legislación podría vulnerar la Primera Enmienda, que protege la libertad de expresión, incluyendo actos simbólicos de protesta y controversiales como el mencionado. 

Hawley sostuvo a través de la red social X (antes Twitter) que apoyaría al presidente en esta iniciativa. “Estoy con Trump en esta. Cualquiera que queme nuestra bandera mientras comete un delito debería ir a la cárcel, que se duplique la condena. Evidentemente, todo Fort Bragg está de acuerdo”. 

Finalmente, Hawley sentenció que: “Cometer un delito no está protegido por la Primera Enmienda. Quemar la bandera mientras se comete un delito, duplica la condena”. 

El contexto de esta propuesta se enmarca en una serie de disturbios en Los Ángeles, donde grupos de manifestantes han expresado su rechazo a las redadas migratorias llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).  

Trump ha calificado a los responsables de los disturbios como “enemigos extranjeros” y defendió el despliegue de fuerzas militares para contener la situación.  

Lo cierto, es que la retórica del presidente ha avivado el debate sobre el nacionalismo y la represión de la disidencia política, aunque en este caso, contra los migrantes.

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