El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos detuvo a 17 migrantes indocumentados en la ciudad de Belén, Pensilvania (EEUU), entre ellos, 13 venezolanos.
De acuerdo con las autoridades migratorias, la redada tuvo lugar en el complejo de apartamentos Five 10 Flats, actualmente en proceso de restauración, donde los detenidos trabajaban como obreros.
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En concreto, arrestaron a 13 ciudadanos venezolanos, dos mexicanos, un ecuatoriano y un nicaragüense. Todos con supuesto estatus irregular en los Estados Unidos.
La intervención fue ejecutada por agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, en inglés), en coordinación con otras agencias federales como el FBI, el IRS y la Administración de Control de Drogas.

Según ICE, la operación se llevó a cabo tras emitir una notificación de inspección, y los arrestos se realizaron por violaciones a las leyes migratorias.
La agencia subrayó que el lugar no estaba habitado por inquilinos y los trabajadores fueron contratados por un subcontratista.
Asimismo, el agente especial a cargo de HSI en Filadelfia, Edward V. Owens, defendió la redada como parte de un esfuerzo por garantizar el cumplimiento normativo en los lugares de trabajo.

Afirmó que estas inspecciones son esenciales para combatir prácticas laborales ilegales que, según él, perjudican a los trabajadores estadounidenses y desestabilizan el mercado laboral.
«Garantizar el cumplimiento normativo en el lugar de trabajo es una responsabilidad fundamental de las Investigaciones de Seguridad Nacional. Inspecciones como estas son cruciales para identificar prácticas laborales ilegales que perjudican a los trabajadores estadounidenses, desestabilizan los mercados laborales y exponen nuestra infraestructura crítica a la explotación», se insistió por medio de un comunicado.

Este operativo se suma a una serie de redadas recientes que reflejan el endurecimiento de la política migratoria en EEUU, especialmente en contextos laborales tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Mientras ICE insiste en que su objetivo es proteger la integridad del mercado laboral, críticos argumentan que estas acciones deshumanizan a los migrantes y desatienden las causas estructurales de la migración.