En un caso que ha conmocionado a la comunidad de Pontiac, en Michigan (EEUU), tres niños fueron encontrados viviendo en condiciones de extrema insalubridad y abandono.
De acuerdo con lo detallado por Law&Crime, la madre de los niños, Kelli Bryant, de 34 años, enfrenta cargos por abuso infantil y fraude después de que las autoridades descubrieran la deplorable situación en la que se encontraban sus hijos.
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La vivienda estaba cubierta de heces, moho y basura acumulada hasta un metro de altura, con un hedor tan fuerte que los agentes compararon la escena con la presencia de un cuerpo en descomposición.
Los menores, un niño de 15 años y dos niñas de 12 y 13, habían estado viviendo sin supervisión desde 2020 o 2021. No asistían a la escuela y pasaban los días viendo televisión o jugando videojuegos.
Su madre mantenía un contacto mínimo con ellos, dejándoles comida ocasionalmente en el porche o enviando a un desconocido con alimentos preparados.
A pesar de la miseria en la que vivían, los niños habían guardado el número de su madre en sus teléfonos como «La mejor mamá del mundo». Esto, para las autoridades, resalta la complejidad emocional del caso.

ELLA NO ESTABA IGUAL
Cuando Bryant acudió a la entrevista policial, su apariencia contrastó drásticamente con la situación de sus hijos. Vestía ropa limpia, tenía el cabello arreglado y uñas postizas, lo que generó indignación entre los investigadores.
Durante la conversación con el detective, admitió haber «sacrificado» a sus hijos y preguntó si había «algo que pudiera hacer» para ayudar.
Su abogado intentó argumentar que los niños no mostraban signos de daño mental. Sin embargo, las condiciones en las que fueron hallados y los testimonios de los agentes respaldaron la decisión judicial de llevarla a juicio.
El caso ha generado un fuerte debate sobre la negligencia infantil y la responsabilidad del sistema de protección de menores. Las autoridades han señalado que los niños fueron privados de educación y de toda interacción significativa con su madre durante años.
De hecho, el sheriff del condado de Oakland, Mike Bouchard, declaró que el caso representa un «ejemplo extremo» de abandono y maltrato infantil: “Es totalmente inaceptable. Las pequeñas han sido privadas de toda interacción con su madre y no han recibido educación durante años”.
Actualmente, los menores están bajo custodia de un familiar y han recibido atención médica para evaluar su estado de salud.