En Waterbury, Connecticut (EEUU), una mujer de 56 años, llamada Kimberly Sullivan, fue arrestada por mantener cautivo a su hijastro durante más de dos décadas.
De acuerdo con medios locales, el hijastro, un hombre de 32 años, logró escapar de su secuestro al incendiar la casa donde vivía, un acto desesperado que finalmente lo llevó a la libertad.
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El hombre, que había estado retenido desde los 11 años, vivió bajo condiciones inhumanas.
Según las autoridades, sufría de desnutrición severa, no tenía acceso a atención médica ni dental y recibía cantidades mínimas de alimentos y agua.
Durante su rescate, declaró: «Yo quería mi libertad», palabras que reflejaron el sufrimiento prolongado que soportó.
La investigación reveló detalles escalofriantes sobre su vida en cautiverio. Encerrado en una pequeña habitación sin calefacción ni aire acondicionado, el hombre solo podía salir por breves periodos para realizar tareas domésticas.
En ocasiones, se vio obligado a beber agua del inodoro y a buscar comida en la basura durante su infancia.
«El sufrimiento que esta víctima soportó durante más de 20 años es a la vez desgarrador e inimaginable», declaró el jefe de policía Fernando Spagnolo en el comunicado oficial.
CARGOS CONTRA LA MUJER POR EL SECUESTRO
Kimberly Sullivan enfrenta múltiples cargos, incluyendo secuestro, agresión y crueldad hacia las personas.
Aunque su abogado ha negado las acusaciones, las pruebas presentadas por la fiscalía, como el estado físico de la víctima y las condiciones de la vivienda, pintan un cuadro devastador de abuso y negligencia.
La corte fijó la fianza de Sullivan en $300.000 y será trasladada al Departamento Correccional de Connecticut.