Un estudio publicado recientemente por la revista científica PLOS reveló que se sondeó a un total de 312 neurocientíficos para plantearles algo que desafía los límites de la neurociencia tradicional, como lo es la posibilidad técnica de recuperar recuerdos de cerebros conservados de personas que ya fallecieron.
El resultado fue sorprendente, ya que un 70,7% de los consultados consideró que sí es posible que las memorias postmortem se mantengan. Eso sí, esto sería viable en estructuras del cerebro que estén preservadas de forma adecuada, al menos desde una perspectiva teórica.
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Algo todavía más sorprendente es que cerca del 40% de los neurocientíficos prevé un futuro donde los avances tecnológicos permitirán extraer efectivamente los recuerdos. Podría ser en cerebros íntegros o conservados, según la investigación encabezada por el Dr. Ariel Zeleznikow-Johnston desde los laboratorios de la Universidad Monash en Australia.
«Por un lado, creo que hay una gran cantidad de pruebas neurocientíficas que sugieren que los recuerdos se almacenan en aspectos estructurales de la neurofisiología», dijo. Asimismo, confiesa haberse sorprendido gratamente por «lo en serio que la mayoría de los encuestados parecían haberse tomado» el estudio.
LA CLAVE DE LOS RECUERDOS, SEGÚN LOS NEUROCIENTÍFICOS
La mayoría de los neurocientíficos coincide en que los recuerdos guardan un sustrato físico en lugar de depender de un proceso dinámico, el cual cesa con el fallecimiento. Zeleznikow-Johnston explica que estos recuerdos, probablemente, se almacenan en algo conocido como «conectoma».
«Un conectoma es la idea de que cada uno de nosotros tiene un conjunto único de conexiones entre nuestras células cerebrales, entre nuestras neuronas que codifican nuestros recuerdos y nuestra personalidad», detalla el investigador. «El conjunto de todos ellos se denomina conectoma», resalta.
De acuerdo con DW, pese a que existe consenso sobre la base física de los recuerdos, el estudio señala que «no hubo un consenso claro sobre qué característica o escala neurofisiológica es fundamental para el almacenamiento de la memoria», como precisan los autores.
Los neurocientíficos también ofrecieron estimaciones sobre cuándo podría hacerse realidad dicha tecnología. La encuesta precisa que los neurocientíficos creen que podrían «resucitar» los recuerdos de gusanos redondos muertos en 2045. Asimismo, de cerebros de ratones de laboratorio en 2065.
Para los seres humanos, esta hazaña podría lograrse en 2125.