Por María Laura García
Son momentos de verdadera incertidumbre en los cuales, a pesar de la sonrisa, la procesión va por dentro y, esto es global. Nadie se siente seguro pues muchos son víctimas de guerras, dictaduras, persecución, odio, corrupción, discriminación, enfermedades, en fin, no somos nada, nada nos pertenece, no tenemos el control, aunque creamos poseerlo y nos sintamos dueños de la verdad, pues ésta es relativa y muy distinta para cada quien.
Por eso, al menos yo, dejo mis ilusiones en las manos del mejor: ¡Dios! Nadie mejor que EL. Yo elegí: confío y fluyo a pesar de la tristeza y la ansiedad por la falta certezas, de control. Y me repito: NO podemos tenerlo. No tenemos nada, nada ni nadie nos pertenece, insisto no tenemos el control ¡Apréndelo! Pero no solamente nosotros, ellos, los malos tampoco.
No somos nada, solo sus hijos consentidos. Entonces estoy en modo: ¡Cooperando! ¿Cómo estás tú?
Es mejor vivir un día a la vez y estar claros que nada está escrito, que aquellos que se creen vencedores pudieran estar a punto de caer y los que nos sentimos perdidos y derrotados, pero a pesar de ello seguimos accionado en función de ser mejores seres humanos y estar un paso mas adelante a diario, quizás estamos a punto de coronar el EVEREST ¿Por qué? Porque el Gran Piloto es el que verdaderamente decide por nosotros. Porque no lo vemos, nos cuesta creer, pero siempre es mejor lo que sucede.
Veo a la gente siendo infeliz y haciéndole la vida a cuadritos a otros porque buscan imponer sus ideas sin entender que la apuesta debe ser el sumar, el trabajar y vivir haciendo equipo, la libertad y la conducta democrática. Todo lo anterior suma a una vida saludable y para que esta existe, son indispensables. La intolerancia, la falta de misericordia y generosidad, tienen al mundo sumido en un estancamiento.
Mis amigos dicen, que a pesar de lo que se observa en el mundo digital una involución, el mundo si ha evolucionado y ellos afirman que hoy, estamos en una mejor posición que en el pasado y la verdad, quiero creer que los buenos somos más. Si eres como yo, que confío ciegamente en ese poder superior que ha tratado por todos los medios que los hombres lo asuman como LA GRAN CERTEZA, pues no existe otra manera.
Mi columna de hoy, es solo para compartirles que, si están tristes, ansiosos, desesperanzados, cansados de las perdidas, no se sientan mal, porque hay muchas, muchas razones para estarlo. Dense ese espacio, NO son débiles, simplemente son humanos. Ahora bien, lo que no quiero es que dejen de tener el foco en que existe como contraparte, miles de señales que nos indican que debemos tener esperanzas, que se pueden esperar cosas buenas y que siempre se puede mejorar. Que permanentemente hay cosas por las cuales podemos agradecer y que no debemos dar la vida por perdida mientras respiremos.
Yo confío en los milagros y estos nos pueden cambiar la existencia para mejor de un momento a otro y acabando con el mal que nos acecha.
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