Por María Laura García
Comienzo mi artículo con este pensamiento de Michael Jordan, Ex jugador de baloncesto estadounidense, que me topé el viernes pasado y me encantó: “Nunca digas nunca, porque los límites, al igual que los miedos, son a menudo solo una ilusión.” En ese momento lo compartí en mi cuenta @atusalud em Instagram.
Honestamente pienso que mucho de los límites que visualizamos o imaginamos, están solo allí, en nuestra mente o en la de otros. Así que, sólo ármate de voluntad y/o busca apoyo en tus afectos que tengan una visión positiva de la vida o en especialistas, si por ti mismo no ves el camino, para desafiar y derribar tus barreras internas. Estoy segura que, con paciencia y tiempo, llegarás a la conclusión de Jordan, la cual ha sido también la mía: “la mayoría de los obstáculos terminan siendo imaginarios”. “La vida no es fácil, pero si muy posible” MLG.
Después de leer este pensamiento y reflexionar brevemente, esa mañana, salí a comerme el mundo y a exprimir la vida. De hecho, pudiera o debería ponerla en el espejo del baño para leerla, una y otra vez, al levantarme y al acostarme, todos los días de mi vida.
Cuántas veces no te ha pasado, a ti y a mí, que sin intentar siquiera hacer algo, nos decimos que no somos capaces y a partir de ese lugar lleno de sesgo encontramos o “fabricamos” un sin número de argumentos o excusas para “confirmar” que carecíamos de la capacidad, la formación y hasta las ganas de hacerlo. Pero, estoy segura, que en el 90% de las ocasiones fueron sólo tus límites mentales, tus creencias gestadas en tu inseguridad y baja autoestima, las que determinaron que no podías hacer algo. Creencias éstas que nacieron y crecieron durante nuestra infancia.
Ciertamente amigos, y lo digo por experiencia, todos nacemos con algún tipo de inteligencia o habilidades destacada que nos hacen sobresalientes en ciertas áreas, pero esto no quiere decir, que no podamos desarrollarnos en otras que no se nos facilitan tanto. Y así como a los niños no les da miedo o lo vencen rápidamente ese enfrentarse a lo nuevo, nosotros no deberíamos permitirle a la madurez que nos haga tan temerosos a lo que llaman hacer el ridículo de vez en cuando o al error. De adultos nos autoimponemos muchos frenos por ello debemos recuperar esa habilidad de no limitar nuestras pasiones.
Claves para superar nuestras barreras internas…
En primer lugar, conocernos, trabajando diariamente nuestra mente y en esos pensamientos limitantes, los cuales de entrada debes identificar. Examina todo aquello que te lleva detenerte y no intentarlo. Entonces, conócete, acéptate y confía en ti, porque generalmente las adversidades son las que te hacer saltar al vacío y darte cuenta que al caer lo puedes hacer parado y permitiéndote probar que son muchas las herramientas con las que cuentas para salir airoso ¿Te ha pasado cierto? Entonces, ¿Qué haces detenido?
Cada uno de nosotros es el resultado de los aprendizajes en las situaciones complicadas. “He sido un hombre afortunado en la vida: nada me fue fácil” (Sigmund Freud). “No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba” (Séneca).
Ten esquematizadas tus capacidades y trata de no generalizar nada, porque no es lo mismo decir “nunca podré” a decir “hoy no puedo”. Cuestiona tus dudas y todo aquellos que te digas internamente que te ponga en minusvalía. Confía en ti mismo, esto es fundamental para acercarte a aquello que deseas.
Busca los hechos tangibles o comprobar, si te dices que no puedes hacer algo, desafíate y hazlo, seguro en la mayoría de las oportunidades constatarás que no era cierto.
Debes ser positivo, porque aquellos pensamientos que nos frenan no lo son, por eso insisto: haz una lista de todo aquello en lo cual seas bueno. Deja de lado el temor a equivocarte, eso es una posibilidad para lo cual debes estar preparado claro está, pero no siempre sucede y, además equivocarse es una oportunidad para crecer así que…. ¿Qué tiene de malo errar? El aprendizaje y la experiencia son valiosísimos y nacen de allí, del movernos fuera de la zona de comodidad.
Mientras más límites mentales tenemos, peor será nuestra autoimagen y más baja nuestra autoestima y eso afectará nuestro desarrollo personal, porque actuamos según esa falsa concepción de nosotros mismos.
Si no hacemos nada probablemente no cambiará nada y ¿Es eso lo que quieres?
Piensa en grande y permítete soñar con ir más allá, luego simplemente atrévete e trázate metas que representen un mayor nivel de complejidad y esfuerzo, al final te permitirá retarte y conocer cómo eres en el esfuerzo o en el desafío.
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