El dirigente político de los Estados Unidos, Elliott Abrams, consideró que las elecciones presidenciales en Venezuela prevista para el próximo año no servirán de nada para resolver la crisis del país. Ante esto, sostuvo que las mismas son una «farsa».
«Ya está claro que la elección presidencial de 2024 será una farsa; el régimen ha impedido que todos los principales candidatos de la oposición se presenten declarándolos, inhabilitados», argumentó.
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«Fue una muy mala apuesta aflojar las sanciones con la mera esperanza de que Nicolás Maduro permitiera una apertura política en Venezuela, pero la apuesta estaba hecha. Los resultados ahora son claros: la situación política es peor, la represión es más dura y hay cero posibilidades de elecciones libres en 2024«, prosiguió Abrams, quien se desempeñaba como el encargado especial del Gobierno de Estados Unidos para los asuntos de Venezuela.
En este sentido, opinó que Estados Unidos no puede volver a cometer el error de otorgarle beneficios a Maduro de forma gratuita.
«Eso fue lo que hizo la administración Obama-Biden en Cuba, levantando sanciones e incluso concertando una visita presidencial, a cambio de cero. Cuba no es un país más libre de lo que era en 2009. Los regalos para los dictadores siempre son una mala estrategia«, acotó.
LAS SANCIONES
Elliott Abrams afirmó que las concesiones otorgadas al Gobierno de Maduro no han tenido una respuesta recíproca por parte del chavismo.
Abrams recordó que en 2022 la petrolera Chevron recibió un permiso para extender sus operaciones en Venezuela. Como respuesta, el chavismo decidió acudir a una negociación con la oposición en Ciudad de México.
«Las negociaciones se suponían que producirían un acuerdo que crearía un fondo, supervisado por la ONU, para ayudar a mejorar la horrenda situación humanitaria de Venezuela», recordó en un artículo publicado por Council on Foreign Relations.
Sin embargo, nada de eso ocurrió y el chavismo se levantó de la mesa en pocas semanas y afirmó que cada vez hay más represión.
«Las negociaciones también parecen estar muertas. Y Juan Guaidó, quien como presidente interino lideró las fuerzas democráticas y fue reconocido por unos 50 países, fue conducido al exilio», dijo.
