Rolando Ferrer Martínez, un migrante venezolano de 48 años, se quitó la vida la semana pasada en Punta Arenas, Chile, en donde se cortó el cuello minutos antes de que comenzara una misa.
Medios chilenos indicaron que los hechos ocurrieron el jueves, 9 de noviembre. Ferrer estaba sentado en uno de los bancos de la iglesia y, sin previo aviso, sacó un cuchillo de cocina y se hizo un grave corte a la altura del cuello.
Los feligreses quedaron sorprendidos por lo ocurrido y llamaron a las autoridades. Paramédicos locales llegaron al lugar, le dieron primeros auxilios a Ferrer y después lo trasladaron hasta el Servicio de Urgencias del Hospital Clínico.
Las heridas de Ferrer eran tan graves que tuvo que ser llevado de inmediato a la sala de operaciones. Los médicos encargados del caso consiguieron operarlo con éxito y estabilizar su estado de salud, aunque seguía grave.
FERRER MURIÓ POCO DESPUÉS
Ferrer fue internado en la Unidad de Pacientes Críticos y su diagnóstico era reservado. Pocas horas después de salir del quirófano, el hombre murió por sus graves heridas.
El caso llegó hasta la Fiscalía y la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigación (PDI) se dirigió hasta el hospital. Los detectives levantaron el cuerpo de Ferrer e hicieron las pesquisas preliminares para recabar más datos del suceso.
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Ferrer era de Maracaibo y vivía en Punta Arenas desde julio del año pasado. Su única hermana llegó a la ciudad el sábado para despedirse y le dijo a medios locales que no entendía las razones de su decisión.
Por su parte, su pareja indicó que «no entiende nada», puesto que seguían planificando su futuro y todo parecía estar «tan bien». «Realmente no sé qué pasó por su cabeza para hacer algo así. Nunca dio señales de nada. Incluso estaba haciendo el curso de chofer profesional», añadió.