Esta semana han salido a la luz nuevos detalles sobre el asesinato de la finalista de Miss Suiza, Kristina Joksimovic, el 13 de febrero.
El día del descubrimiento, la guardia llamó al padre de Kristina para avisarle que la mujer no había pasado por sus hijos. El abuelo de los pequeños pasó por los menores y los llevó a la casa de su hija. Al llegar, el hombre le preguntó a su yerno, Thomas, que donde estaba su hija, pero él dijo que desconocía su paradero.
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Luego de buscar por la casa, el padre de Kristina salió a la calle gritando y le pidió a un transeúnte que llamara a la policía. El hombre había encontrado la cabeza de su hija en una bolsa plástica.
Cuando llegaron los uniformados privaron de libertad a Thomas. Luego de varios interrogatorios el hombre admitió haber asesinado a la madre de sus dos hijos. El informe forense señala que la exconcursante de Miss Suiza murió por estrangulamiento.
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Las investigaciones en curso han encontrado “indicaciones concretas de enfermedad mental” en Thomas. Durante el juicio el hombre afirmó haber actuado en defensa propia.
EL ASESINATO
No obstante, los fiscales no le dieron mayor peso a estas declaraciones y alegaron que mostró “falta de empatía y sangre fría después de matar a su esposa”. Asimismo, destacaron que intentó encubrir el asesinato.
Luego del crimen, Thomas usó una sierra de calar, cuchillos y podaderas para desmembrar el cuerpo. Además, trituró varias partes del cadáver con una batidora de mano y luego las disolvió en un químico.
Uno de los amigos de la víctima destacó la frialdad con la que actuó Thomas. “Él pretendía que nada estaba mal, charlando con su padre y haciendo la cena para todos antes de acostar a los niños”.
