El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció este jueves un plan de expulsión de migrantes irregulares.
«A quienes estén irregulares en Chile, los vamos a echar», dijo Boric. Sus declaraciones las ofreció durante la presentación de un plan de fortalecimiento del control territorial por parte de los cuerpos policiales.
El mandatario ordenó a las autoridades policiales que se detenga y expulse dentro de un período de cinco días a aquellos migrantes irregulares que tengan una orden de detención pendiente.
«Respecto a los extranjeros que estén en situación irregular y no hayan cumplido el empadronamiento voluntario, aunque no estén con una orden de detención en su contra, se les dictará el decreto de expulsión», precisó Boric.
El gobierno promovió este año un plan de empadronamiento biométrico para extranjeros irregulares. El proceso, que ya culminó, logró almacenar los datos de 127.000 personas.
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La iniciativa busca subsanar el déficit de información respecto de la identidad de los migrantes irregulares en los últimos cinco años. El mayor número de afectados por esta medida serán venezolanos.
El aumento de la inmigración irregular domina el debate en Chile tras una serie de sonados casos policiales que han tenido a extranjeros como protagonistas, entre ellos, el ataque contra un policía utilizando una granada, el pasado 19 de noviembre.
La oposición amenazó con iniciar un juicio político en contra de la ministra de Interior y Seguridad, Carolina Tohá. La petición pasa porque se concrete la expulsión de 12.000 migrantes irregulares antes de fin de año.
Desde 2017, Chile registra un aumento exponencial en la llegada de migrantes de Venezuela. Miles de estas personas cruzaron caminando la frontera por Bolivia o Perú a través de pasos clandestinos.
De acuerdo con estimaciones oficiales, de los 1,7 millones de extranjeros que llegaron a Chile en los últimos años, casi la mitad son venezolanos.