El equipo venezolano los Spartans se alzó con la victoria en la etapa final del concurso juvenil de robótica celebrado en el marco de la Cumbre de la Inteligencia Artificial para el Bien Común, organizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en Ginebra.
Los Spartans, representantes del colegio Guayamurí de la Isla de Margarita, lograron destacar entre 7.500 jóvenes de decenas de países.
Solo 120 finalistas, en su mayoría africanos, recibieron la invitación a esta última fase del certamen. Este equipo ya contaba con experiencia internacional tras haber competido en los mundiales de robótica de Turquía y Panamá.
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Hassan Hammoud de 15 años, en nombre de sus compañeros Manuel Hakencie y David Rosario, relató a la agencia EFE que su pasión por la robótica comenzó desde pequeño jugando con piezas de LEGO.
Al crecer, decidieron estudiar programación por cuenta propia, incluso contratando un profesor privado para superar las dificultades iniciales. Su próximo objetivo consistirá en obtener un cupo para representar a Venezuela en las Olimpiadas de Robótica en Singapur.
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Otro equipo venezolano, proveniente de Lechería, estado Anzoátegui, también llegó a la final. Su reto consistió en construir un robot capaz de asistir en desastres naturales, distinguiendo entre refugiados y heridos, y transportándolos a los lugares correspondientes sin confusión.
Este grupo compitió en la categoría senior (15-18 años) como equipo independiente, integrado por Ashley Brazón, Gustavo Valenzuela, Lixer Cen y, posteriormente, Alessandro Fabriani. Todos ellos han culminado el bachillerato y también participaron anteriormente en el Mundial de Robótica de Panamá.
Ashley, de 18 años, fue la única mujer venezolana en la competencia. Recordó que al iniciarse en la robótica a los 15 años, pocas chicas se interesaban por la disciplina, pero al año siguiente muchas más se sumaron. “Tenían miedo de ser juzgadas o de no saber cómo les iría solo por ser mujeres”, comentó. Ella planea iniciar estudios en robótica mecatrónica próximamente.
Sobre la experiencia en Ginebra, los jóvenes destacaron el alto nivel de competencia. Uno de los proyectos que más les impresionó fue el de Corea del Sur, que usó tres robots en su sistema de rescate, incluyendo uno para coordinar a los demás y minimizar errores.
“La inteligencia artificial es uno de los mejores inventos del siglo XXI. Hay que saber usarla, sin miedo pero con cautela, como complemento, no como reemplazo del pensamiento humano”, comentó Ashley .