Jean Succar Kuri, un empresario libanés que cumplía condena de 93 años por liderar una red mundial de pederastia y pornografía infantil, murió el viernes a los 79 años en un hospital de Cancún en Quinta Roo, México, donde estaba internado desde el pasado 6 de junio por desnutrición.
Trascendió que el sujeto pereció a causa de una insuficiencia cardiaca, revelaron las autoridades del estado. Succar Kuri estaba recluido en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún. Allí pagaba la pena de casi 100 años de prisión.
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Su caso generó un gran revuelo dado que también salpicó a otros políticos y empresarios de México. En 2004, salió a la luz por medio de un libro titulado ‘Los demonios del Edén’ de la periodista Lydia Cacho. En él dio a conocer una red de trata y explotación infantil en esa región.
Luego del fallecimiento del empresario libanés, Cacho dijo en sus redes sociales: «Para ellas y ellos, (los sobrevivientes de la explotación sexual infantil), la muerte del pederasta significa el fin de la pesadilla».
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Jean Succar Kuri arribó a México desde Líbano cuando solo tenía 15 años. Luego de establecerse, empezó a hacerse un hueco rápidamente en el mundo de los negocios de esa nación. Eventualmente, obtuvo la nacionalidad y tenía como hogar a Cancún, donde creó varias empresas turísticas, reseñó Quinto Poder.
En 2004, Cacho denunció en su libro la red que vinculaba al empresario libanés y al mexicano José Kamel Nacif Borge como los cabecillas de ella. Además, exgobernadores como Mario Marín y Miguel Ángel Yunes Linares, junto a otros políticos y empresarios, estuvieron involucrados en el hecho.
Tras nueve meses de su investigación, diez personas detuvieron a la reportera en Quintana Roo. Los sujetos la llevaron hasta Puebla sin darle comida ni permitirle comunicarse con nadie. Fue sometida a tortura psicológica y tocamientos, e incluso amenazas de muerte.
Pero ese mismo año, a Succar Kuri lo arrestaron en Los Ángeles por solicitud de la Procuraduría General de la República y la Interpol luego que numerosos menores de edad lo denunciaran. En 2011, se le condenó a poco más de 13 años de cárcel y una sanción en metálico; pero después la sentencia cambió y se le dictó prisión de 112 años. Finalmente, la pena se redujo a 93 años.