Hambre y frío, las penurias que viven cientos de venezolanos varados entre Perú y Chile

Valentín Romero
Por Valentín Romero 3 Min de Lectura
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Hambre y frío, las penurias que viven cientos de venezolanos varados entre Perú y Chile
Foto: GEC

Cientos de venezolanos han quedado varados en la frontera que divide a Perú y Chile, ya que se les impide el ingreso a territorio austral, lo que los ha hecho vivir en campamentos improvisados donde el hambre y el frío son apenas algunas de las penurias que les toca sufrir.

Bajo el intenso sol el venezolano Alejandro Requena, de 38 años, improvisa con palos y cartones una fogata para preparar, en una vieja sartén, una sopa de fideos para alimentar a su esposa e hija de 17 años.

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Va una semana y lleva dos intentos de cruzar por pasos no autorizados a territorio chileno, resguardado por militares desde el 25 de febrero. Señala que no se va a rendir en su objetivo de tener una mejor calidad de vida.

“Somos del estado de Aragua, viví cinco años en Colombia y veo que amigos que están solo ocho meses en Chile les va mejor y por eso vamos para allá”, comentó al medio peruano Diario Correo.

Pero la familia de Alejandro Requena no es la única que espera cruzar la frontera. En los alrededores del Complejo Fronterizo Santa Rosa, que separa Perú de Chile, pernoctan cientos de extranjeros, en su mayoría venezolanos, que pretenden ingresar al país austral para poder trabajar, pese a estar indocumentados.

EN BUSCA DE LAS OPORTUNIDADES QUE SE LE NEGARON EN SU PAÍS

Por su parte, Gabriel Bustíos Tapia, de 30 años, oriundo del estado Zulia, esta varado junto a un amigo con quien salió de Venezuela hace alrededor de diez días. Llevan cinco días ya en la zona limítrofe. Indica que la situación es crítica en su país donde el sueldo mínimo apenas llega a los cinco dólares al mes.

“Esperamos que el gobierno de Chile nos deje entrar a su país, queremos mejorar nuestra condición de vida”, contaba Eber Ortega, de 28 años, quien tiene tres días pernoctando en la frontera junto a su pareja.

Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) llegaron éste viernes con bolsas con alimentos y agua. Los foráneos están varados y expuestos a las inclemencias del clima y sin contar con servicio de baño. Han convertido en letrina las cercanías del complejo Santa Rosa.
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