El gobierno de Zimbabwe ordenó esta semana sacrificar 200 elefantes salvajes. La razón que argumentaron las autoridades provocó una gran polémica entre activistas y ha recibido duras críticas.
Zimbabwe vive una grave crisis humanitaria desde hace varios años y casi la mitad de la población estaba en riesgo de hambruna aguda. Para el gobierno, una de las soluciones es sacrificar elefantes para alimentar a las personas más vulnerables.
Tinashe Farawo, portavoz de la Autoridad de Parques y Vida Silvestre de Zimbabwe, afirmó que su «objetivo es sacrificar 200 elefantes». Agregó que el país tiene más de 84.000 ejemplares, pero que tiene una «capacidad de 45.000».
«Zimbabwe tiene más elefantes de los que necesitamos y más elefantes de los que nuestros bosques pueden albergar», dijo la ministra de Medio Ambiente, Sithembiso Nyoni a los parlamentarios la semana pasada.
YA LO HICIERON EN NAMIBIA
Zimbabwe decidió poner en marcha esta medida después de que Namibia sacrificó 700 elefantes y otros animales salvajes para hacer frente a la inseguridad alimentaria que había causado en el país la sequía.
«Estamos debatiendo con la Autoridad de Parques y Vida Silvestre de Zimbabwe y con algunas comunidades hacer lo mismo que ha hecho Namibia: contar los elefantes, movilizar a las mujeres para que tal vez sequen la carne y la envasen», dijo.
Farawo, portavoz de la Autoridad de Parques, explicó que la matanza de elefantes estaba prevista en aquellas zonas con gran población de estos animales. «Estamos haciendo el papeleo (…) para poder empezar lo antes posible», agregó.
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Sin embargo, activistas y defensores de animales pidieron a las autoridades no proceder con el sacrificio de los animales. «Hay que poner fin al sacrificio de elefantes», dijo Farau Maguey, del grupo de defensa Center for Natural Resource.
Maguey aseguró que «tienen derecho a existir». «Las generaciones futuras tienen derecho a ver elefantes en su hábitat natural», aseguró.
