Un grupo de extremistas chilenos atacaron con piedras a la Escuela Básica Miguel de Cervantes, en Agustinas, donde estudian un alto número de niños venezolanos.
Los hombres violentos se presentaron a las afueras de la institución y empezaron a lanzar los objetos contundentes mientras sonaban cornetas y cantaban consignas nacionalistas. Todo esto ocurría mientras que en el interior de la institución niños, adolescentes y personal docente estaban en clases.
“Piden que estemos tranquilos. ¿Cómo estar tranquilos con todo esto? Nuestros hijos son quienes corren peligro”, escribió en un grupo de WhatsApp una madre, preocupada por cómo ha venido escalando la narrativa del odio y la violencia.
Toda esta ola de odio se produjo luego de que un niño chileno sufriera un grave ataque en la institución. Poco después de lo ocurrido, la madre de la víctima le aseguró al portal Bio Bio Chile que los responsables eran dos estudiantes venezolanos.
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No obstante, poco después el colegio emitió un comunicado en el que aclaró que no hay estudiantes extranjeros involucrados en el incidente.
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«Queremos destacar que los estudiantes involucrados tienen edades similares y que no hay estudiantes extranjeros entre ellos. Entendemos que la difusión de información errónea o distorsionada en redes sociales ha generado incertidumbre y preocupación en nuestra comunidad. Sin embargo, queremos asegurarles que, mucho antes de la viralización de este caso, distintas instituciones y profesionales ya estaban trabajando activamente para apoyar al estudiante y su proceso educativo», aclaró la institución.
A pesar de esta aclaratoria, los extremistas se han agarrado de este fake news para incrementar los actos de xenofobia en contra de los niños venezolanos.
La cuenta de Instagram de Crónicas Chile pidió una respuesta gubernamental para proteger a los niños venezolanos de estos extremistas.
«Nos preocupa que el gobierno del presidente Gabriel Boric no asuma una posición frontal en contra de la violencia en cada una de sus formas. La institución educativa debería recibir vigilancia en el sitio y patrullaje constante. Son niñas, niños y adolescentes de todas las nacionalidades los que corren un elevado riesgo», indicaron.