La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) advirtió en un reciente informe que el uso de celulares en los salones de clase afecta al rendimiento de los alumnos, por lo que pidieron a todas las escuelas del mundo prohibir los teléfonos dentro de las aulas.
«La revolución digital encierra un potencial inconmensurable. No obstante, al igual que se advirtió sobre cómo debe regularse en la sociedad, debe prestarse una atención similar a la forma en que se utiliza en la educación», indicó Audrey Azoulay, directora general de la instancia.
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Asimismo, resaltó que el uso de celulares «debe ser para mejorar las experiencias de aprendizaje. Para el bienestar de estudiantes y profesores, no en su detrimento».
También señalan que tales equipos pueden ser beneficiosos para el aprendizaje de los jóvenes. Sin embargo, dejan claro que también puede ser contraproducente al emplearse de la forma incorrecta.
«Los datos de evaluaciones internacionales a gran escala lo sugieren. Ponen en manifiesto una relación negativa entre el uso excesivo de las tecnologías y el rendimiento de los estudiantes», resaltan.
MENOS DE UNO DE CADA CUATRO PAÍSES ADOPTAN LA IDEA
Solamente menos de uno de cada cuatro países del mundo ha implementado esta regla de prohibición. Uno de ellos es Francia. La nación europea introdujo tal medida en 2018, reseñó Euronews.
Otro país es Italia. Allí los docentes recogen los dispositivos inteligentes antes de iniciar las clases. Para el próximo año, Países Bajos y Finlandia harán lo mismo.
Manos Antoninis, director del informe de la UNESCO, recomendó aprender «de nuestros errores pasados al utilizar la tecnología en la educación para no repetirlos en el futuro. Tenemos que enseñar a los niños a vivir tanto con la tecnología como sin ella«.
«Hay que enseñarlos a tomar lo que necesitan de la abundancia de información, pero a ignorar lo que no es necesario. A dejar que la tecnología apoye, pero nunca suplante las interacciones humanas en la enseñanza y el aprendizaje», reflexionó.