El Ministerio Público de Perú confirmó este miércoles, 7 de diciembre, la detención del expresidente Pedro Castillo por el delito de rebelión, después de que intentara cometer un golpe de Estado esta tarde al ordenar disolver el Congreso.
El organismo aclaró que se oficializó la detención en la Prefectura de Lima y la supervisó la fiscal de Perú, Patricia Benavides. Asimismo, estuvieron presentes otros miembros del Ministerio Público y organismos de seguridad.
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“Como parte de la diligencia, se dispuso realizar al detenido el reconocimiento médico legal sobre su estado de salud actual, a cargo del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público”, acotó el comunicado.
Más temprano, el procurador general, Daniel Soria, presentó una denuncia penal ante la Fiscalía en contra de Pedro Castillo. Los cargos señalados son sedición, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública.
MÉXICO OFRECE ASILO
Mientras las autoridades peruanas oficializaban la detención, México ofreció asilo político para el exmandatario. El ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sostuvo que están abiertos a recibir a Pedro Castillo.
«Si Pedro Castillo pide asilo a México, se lo damos, pero no lo ha solicitado», dijo Ebrard en una entrevista en la emisora Radio Fórmula. “Estoy muy atento a la situación”, añadió el jefe de la diplomacia mexicana.
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El presidente de México, Andrés López Obrador, consideró que Castillo fue una víctima de “las élites económicas y políticas”. En tal sentido, afirmó que se “mantuvo un ambiente de confrontación y hostilidad hasta llevarlo” a tomar decisiones como la de este miércoles.
Pedro Castillo ordenó la disolución temporal del Congreso, la instauración de un gobierno de emergencia y un toque de queda. Sin embargo, las Fuerzas Armadas y otros organismos no lo apoyaron, de manera que fue destituido pocas horas después por “incapacidad moral”.
