La directora de la organización Women Riots, Roxana Vivas, alertó que el 95% de los femicidios, que se define como el asesinato de mujeres por su condición de género, son cometidos por parejas o exparejas de las víctimas.
De acuerdo a cifras de ONU Mujeres, en 2023 unas 51 mil mujeres y niñas murieron en todo el mundo, a manos de parejas o familiares. Esto equivale a una media de 140 asesinatos de féminas por día.
«Las mujeres comienzan a enfrentar algún tipo de violencia a cualquier edad. No obstante, en los casos de femicidios, cerca del 30 % suceden en adolescentes de 15 años», advirtió.
En entrevista a Radio Fe y Alegría, hizo énfasis en casos de violencia sexual en niñas desde los 4 años.
En contraparte, dijo que a diferencia de los femicidios, las muertes de hombres causadas por mujeres solo representan un 5%. De ese total, entre el 60 y 70% se perpetraron en defensa propia.
LOS CELOS, NORMALIZADOS EN VENEZUELA
En otro punto, la activista aseveró que la sociedad, históricamente, ha oprimido a las mujeres, quienes luchan contra la violencia por el simple hecho de pertenecer al género.
Cuenta que en Venezuela, el machismo y el patriarcado siguen estando muy arraigados. Asimismo, devela que en el país se han normalizado conductas como celos y el control en las relaciones amorosas.
«La educación tiene un rol bien importante y es una corresponsabilidad de la familia, el Estado y la sociedad en general (…) para poder desmitificar y desmentir los roles y estereotipos de género que forman parte de ese patriarcado», resolvió.
LEA TAMBIÉN: TSJ REAFIRMÓ CONDENA CONTRA ASESINOS DE LA JOVEN ÁNGELA AGUIRRE, NO PODRÁN PEDIR NUEVAS REVISIONES DEL CASO
Vivas precisó que tal sistema divide a las mujeres en roles de cuidadoras, cariñosas, asociadas al color rosa y el uso de faldas. En contraste, percibe a los hombres como trabajadores, desentendidos de sus responsabilidades hogareñas, asociados al azul y al uso de pantalones.
A su juicio, ningún hombre nace violento, sino que lo aprende de una cultura patriarcal que lo libra de sus responsabilidades. Además, lo hace justificarse de sus actos al señalar a la mujer.
«La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de nada sirve si no se acompaña de una práctica constante, políticas públicas, educación y de todos los elementos que hacen que sea realmente efectiva».
Por ende, opinó que a Venezuela todavía le falta demasiado para avanzar en términos legales, sociales y culturales.