La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) anunció una reducción del 10 % en la capacidad operativa de cuatro aeropuertos clave del área metropolitana de Nueva York (EEUU) a partir de este viernes, 7 de noviembre.
De acuerdo con lo precisado por la agencia federal los aeropuertos afectados en Nueva York son: John F. Kennedy International (JFK), LaGuardia (LGA), Newark Liberty International (EWR) y Teterboro (TEB).
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Esta decisión, que entra en vigor desde este viernes, responde a la escasez de controladores de tráfico aéreo, una consecuencia directa del cierre presupuestario del gobierno federal que ha paralizado pagos y operaciones esenciales.
Como es de esperarse, la medida afecta a miles de pasajeros, tanto nacionales como internacionales, que utilizan estos aeropuertos como puntos de conexión o destino.
En consecuencia, las aerolíneas han comenzado a reprogramar vuelos, cancelar itinerarios y ajustar sus operaciones para adaptarse a la nueva capacidad reducida.
¿CUÁLES SON ESTAS AEROLÍNEAS?
Como se señaló, las principales aerolíneas estadounidenses activaron sus planes de contingencia ante la reducción de vuelos ordenada por la FAA.
Según reportó ABC News, United Airlines anunció que ajustará menos de 200 vuelos diarios de su programación habitual, que supera los 5.000 trayectos. Los recortes se enfocarán en rutas regionales con menor demanda.
American Airlines, por su parte, canceló 220 vuelos este viernes y anticipa mantener ese ritmo durante el fin de semana. “Lo último que queremos es alterar los planes de nuestros clientes”, expresó David Seymour, director de operaciones, quien aseguró que los pasajeros podrán modificar sus itinerarios o solicitar reembolsos completos sin cargos adicionales.
Asimismo, Delta Air Lines informó que planea conservar la mayoría de sus operaciones, priorizando los vuelos internacionales de largo alcance. La compañía se comprometió a informar con antelación cualquier cambio en su programación para minimizar el impacto en los viajeros.
Southwest Airlines y JetBlue también respondieron con medidas proactivas: ambas aerolíneas indicaron que notificarán directamente a los pasajeros afectados mediante correo electrónico o mensajes de texto. Además, se encargarán de reubicarlos automáticamente en vuelos alternativos disponibles.
Estas acciones reflejan el esfuerzo del sector aéreo por adaptarse a una situación crítica sin perder de vista la experiencia del usuario. Aunque las cancelaciones son inevitables, las compañías buscan mitigar el impacto con soluciones ágiles y flexibles.

CIERRE DE GOBIERNO
Todo este caos es generado por el cierre del gobierno federal de Estados Unidos, iniciado el 1 de octubre, y que ya alcanzó este miércoles los 36 días consecutivos, convirtiéndose en el más largo de la historia del país.
Esta paralización supera el récord anterior de 35 días, registrado durante la primera administración del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en 2019.
El estancamiento legislativo, que provocó el cierre del gobierno, tiene su origen en el desacuerdo sobre la continuidad de los programas de asistencia sanitaria. En concreto, los dirigidos a los sectores más desfavorecidos.
Mientras los demócratas insisten en ampliar los beneficios fiscales y reforzar el acceso a Medicaid, los republicanos rechazan condicionar la reactivación del aparato estatal a la aprobación de estas medidas sociales.
¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTE LOS CONTROLADORES AÉREOS?
Los controladores aéreos son esenciales porque garantizan la seguridad de todos los vuelos. Su labor consiste en mantener la distancia entre aviones, coordinar despegues y aterrizajes, y alertar a los pilotos sobre condiciones peligrosas o emergencias.
Sin ellos, el tráfico aéreo sería caótico y extremadamente riesgoso, ya que podrían ocurrir colisiones o incidentes graves.
Igualmente, manejan miles de vuelos diarios, asegurando que lleguen a tiempo y de manera ordenada, incluso en aeropuertos y espacios aéreos muy concurridos.
Además de la seguridad, los controladores aéreos aseguran la eficiencia del transporte aéreo y la protección del espacio nacional.
Una buena gestión reduce retrasos y consumo de combustible, impactando positivamente en pasajeros y aerolíneas. También responden rápidamente ante emergencias, coordinando aterrizajes prioritarios y servicios de rescate, y vigilan el espacio aéreo para prevenir intrusiones o amenazas.
En pocas palabras, su trabajo es vital para que los vuelos sean seguros, puntuales y confiables.
Lo que se estima, es que unos 13.000 controladores de tráfico aéreo continúan desempeñando sus funciones sin recibir remuneración, debido al cierre del Gobierno que ya se extiende por 35 días.
Al igual que el personal de seguridad en los aeropuertos, forman parte de los servicios esenciales, lo que les obliga a mantener sus labores bajo un esquema de pago diferido hasta que se resuelva la paralización federal.

