En respuesta a recientes actos de violencia contra agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) puso en marcha una nueva norma federal que refuerza la protección de propiedades o sedes de estos organismos frente a los disturbios.
Esta medida, que entró en vigor este miércoles, 5 de noviembre, permite al DHS presentar cargos penales contra personas que incurran en intimidación, obstrucción de funciones oficiales o acampen fuera de instalaciones federales.
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La norma surge en un contexto de creciente tensión entre manifestantes y autoridades, especialmente en protestas relacionadas con las políticas migratorias de ICE.
Según el DHS, los disturbios recientes han puesto en riesgo la integridad física de sus agentes y afectado el funcionamiento de oficinas clave.
Por ello, se busca disuadir acciones que comprometan la seguridad de estos espacios, incluso si ocurren fuera de los límites físicos de las propiedades federales.

EL ARGUMENTO DEL DHS
“El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está utilizando todos los recursos a su alcance para proteger la vida de nuestros agentes del orden, quienes se enfrentan a un aumento de la violencia y la anarquía en muchas de nuestras instalaciones federales. Hemos presenciado una violencia generalizada contra las fuerzas del orden, incluyendo agentes que han sido baleados, atropellados, agredidos y amenazados”, declaró la subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin.
¿QUÉ PREOCUPA DE ESTA NORMA?
Diversos grupos de derechos civiles han expresado preocupación por el alcance de esta norma, argumentando que podría criminalizar formas legítimas de protesta.
Asimismo, apuntaron que la posibilidad de enfrentar cargos penales por acampar o manifestarse cerca de edificios gubernamentales, plantea interrogantes sobre el equilibrio entre seguridad nacional y libertad de expresión en los Estados Unidos.
Sin embargo, el DHS sostuvo que la medida es necesaria para garantizar el orden y proteger a sus funcionarios en un entorno cada vez más hostil.

