A sus 82 años, el expresidente de los Estados Unidos Joe Biden atraviesa un retiro mucho más austero de lo que muchos imaginaron. Tras dejar la Casa Blanca, enfrenta una carga financiera significativa: deudas que rondan los 800 mil dólares, en parte derivadas de su residencia en Rehoboth Beach, valorada en 2,7 millones.
Según informó el Wall Street Journal, aunque recibe pensiones por aproximadamente 416 mil dólares anuales, provenientes de su trayectoria como senador, vicepresidente y presidente, estos ingresos no alcanzan para cubrir sus gastos crecientes.
LEA TAMBIÉN: EXPRESIDENTE BIDEN FUE SOMETIDO A UNA OPERACIÓN PARA EXTIRPAR LESIONES PROVOCADAS POR CÁNCER DE PIEL
La situación se agrava por problemas de salud. Biden está en tratamiento por cáncer de próstata, una condición que, según allegados, requiere atención constante y representa un “trabajo de tiempo completo”.
Recientemente, también fue intervenido por cáncer de piel, lo que ha generado preocupación sobre su bienestar físico.
Estas circunstancias han limitado sus apariciones públicas y reducido sus oportunidades de ingresos por conferencias, que ahora oscilan entre los 300 mil y 500 mil dólares, muy por debajo de lo que ganan otros exmandatarios.
De hecho, las empresas se muestran reacias a contratar al expresidente como orador pagado debido a su impopularidad y al temor a represalias del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

SU ESPOSA SIN TRABAJO
En el plano familiar, los desafíos no son menores. Jill Biden, quien durante años ejerció como docente universitaria, dejó su puesto y actualmente ocupa un cargo ad honorem en una organización de salud femenina.
Esta decisión, aunque motivada por convicciones personales, ha reducido más los ingresos del hogar. Mientras tanto, Hunter Biden, hijo del expresidente, enfrenta sus propios problemas económicos: deudas millonarias, cinco hijos que mantener y reclamos judiciales por pensiones que superan los tres millones de dólares.
SU LIBRO TAMPOCO DESPEGA
La falta de contratos editoriales y conferencias lucrativas ha dejado a Biden en una posición financiera frágil. De hecho, a diferencia del expresidente Barack Obama, quien aseguró 60 millones por sus memorias, Biden logró vender un libro por 10 millones, cifra considerable pero insuficiente frente a sus obligaciones.
En relación con su legado, Biden planea establecer un centro presidencial en la Universidad de Delaware, aunque la recaudación de fondos progresa lentamente.
El proyecto se perfila como más modesto que el de Obama en Chicago. Por otro lado, la Universidad de Pensilvania, que Biden había considerado como posible sede, se apartó del plan tras descubrirse documentos confidenciales que él había manejado durante su vicepresidencia.