Estuvo en coma por tres años y despertó justo cuando iban a extraerle los órganos para donación

Valentín Romero
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Foto: Facebook

Un impactante caso que parece sacado de una película de ficción ocurrió en Nuevo México, Estados Unidos, después de que una mujer que cayó en coma en 2022, cuando tenía 38 años, despertó recientemente, ya con 41 años, justo cuando le iban a extraer sus órganos vitales para donación.

Este insólito caso, develado por The New York Times, ha desatado una serie de preguntas éticas, legales y médicas sobre la donación de órganos en EEUU. Asimismo, ha dado paso a posibles irregularidades en torno a los protocolos de tales procesos.

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La protagonista de la historia responde al nombre de Danella Gallegos, quien vivía en situación de calle para ese entonces. En 2022, la ingresaron en el Hospital Presbiteriano de Albuquerque, Nuevo México, tras sufrir un colapso físico por causas no descritas. En cuestión de horas, su estado se deterioró hasta entrar en un profundo coma.

Prosiguiendo los protocolos estándar, los doctores comunicaron a la familia que no tenía posibilidad de recuperarse. Fue así como sus seres queridos aceptaron donar los órganos.

Sin embargo, algo no cuadraba, y es que en los días previos a la extracción de órganos pautada, la familia de Danella se percató de señales de conciencia, descartadas en un principio. Notaron que tenía lágrimas en los ojos, algo que ignoraron completamente los coordinadores de donación, al asegurar que era un «simple reflejo sin relevancia».

EL DESPERTAR DE DANELLA

Junto a ese hecho se juntaron otros síntomas que los encargados insistieron en descartar. Por ello, la llevaron a la sala preoperatoria, donde ocurrió lo impensable. En medio de dudas, un médico tomó la iniciativa de pedirle que parpadeara si lo escuchaba y fue allí cuando lo hizo, dejando atónitos a todos.

Fue en ese instante que los médicos se dieron cuenta de que Gallegos no estaba clínicamente muerta ni en un estado vegetativo irreversible tras caer en coma. Dicho diagnóstico había sido fundamental para la decisión de la donación.

Pero el momento más tenso no fue ese, sino cuando la organización a cargo de la obtención de órganos insistió en que la extracción debía seguir, incluso sugiriendo que le aplicaran morfina. No obstante, el valiente equipo médico se negó a seguir con el proceso, decisión que le salvó la vida a Danella Gallegos.

En la actualidad, el Hospital Presbiteriano y New Mexico Donor Services están en medio de una contradicción de responsabilidades. Mientras el hospital asegura que la organización de donación se encargó de gestionar cada aspecto del proceso, New Mexico Donor Services niega toda interferencia en las decisiones médicas, alegando que «el control total de la atención al paciente recae en el hospital».

Frente a esa disputa, se abrió una investigación interna para aclarar las responsabilidades.

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