Las políticas migratorias de la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, han generado un clima de temor que transforma radicalmente la vida de miles de familias migrantes en Nueva York.
En un estado donde dos de cada cinco niños tienen al menos un padre migrante, el miedo a la deportación ha provocado que muchos menores sean retirados de las escuelas, se les niegue atención médica y vivan en constante incertidumbre.
LEA TAMBIÉN: META ELIMINÓ PÁGINA DE FACEBOOK QUE RASTREABA A AGENTES DE ICE EN CHICAGO
Expertos reunidos por el Young Center for Immigrant Children’s Rights y citados por El Diario, advierten que este estado de terror está erosionando derechos fundamentales y afectando el desarrollo de una generación entera.
El impacto se siente incluso en los entornos escolares, tradicionalmente considerados espacios seguros. Lisa Do Hofflich, experta en tráfico humano, relató cómo la presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) frente a una escuela suburbana llevó a una familia a mantener a sus hijos en casa durante todo el año escolar.
Esta situación —aseguró— se repite en todo el estado, donde niños en edad de aprender a leer y adolescentes que deberían estar preparándose para la universidad permanecen encerrados por temor a perder a sus padres.
Por tanto, lo que se denuncia es que el miedo ha reemplazado la infancia, y la educación se ha convertido en un lujo incierto.

MIGRANTES EN NUEVA YORK
Nueva York es un estado de familias de estatus mixto, donde más de 230.000 niños nacidos en EEUU tienen al menos un padre indocumentado. Esto, según cifras reveladas por Juan Díaz, gerente de políticas estatales del Children’s Defense Fund.
Díaz señala que el temor ha paralizado el acceso a servicios esenciales como educación temprana y atención médica. Indicó que en ciudades como Rochester y White Plains, se ha observado una disminución en inscripciones escolares y consultas médicas, mientras aumentan las solicitudes de asesoría migratoria.
Asimismo, alertó que uno de los aspectos más graves es el trato que reciben los menores en el sistema migratorio. Sin derecho a representación legal gratuita, muchos enfrentan solos procesos de deportación complejos, sin comprender el idioma ni el procedimiento.
Frente a este panorama, organizaciones y expertos hacen un llamado urgente a la acción. Propuestas como la Ley de Acceso a Representación y la Ley “Nueva York para Todos” buscan garantizar asesoría legal y convertir espacios públicos en zonas seguras.
Además, se plantea ampliar beneficios sociales para compensar los recortes federales. “¿Qué tipo de estado queremos ser?”, cuestiona Do Hofflich. “¿Un lugar donde los niños no pueden ir a la escuela de manera segura, donde las familias temen reportar delitos, o un lugar donde cada niño puede aprender, estar seguro y tener la oportunidad de un futuro?”, agregó.