Un residente de Missouri (EEUU) falleció tras infectarse una semana antes con Naegleria fowleri, una ameba microscópica conocida como la “devoradora de cerebros”.
El caso, confirmado el pasado martes por el Departamento de Salud y Servicios para Personas Mayores del estado (DHSS, por sus siglas en inglés), ocurrió tras una exposición en el Lago de los Ozarks, un popular destino turístico.
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La víctima, cuya identidad no ha sido revelada y solo fue señalado como un hombre adulto, murió en un hospital del área de St. Louis, y se convierte en el tercer caso registrado en Missouri desde 1962, de acuerdo con datos citados por FOX News.
Como se sabe, la Naegleria fowleri provoca una enfermedad cerebral extremadamente rara y letal llamada meningoencefalitis amebiana primaria (PAM).
Esta infección se produce cuando el agua contaminada entra al cuerpo por la nariz, permitiendo que la ameba viaje al cerebro y destruya el tejido cerebral. Aunque el organismo está presente de forma natural en aguas dulces y cálidas, como lagos y ríos, las infecciones son excepcionales: en EEUU se reportan menos de 10 casos al año.

De hecho, desde 1962, solo se han documentado 167 infecciones, y en Missouri únicamente tres: en 1987, 2022 y ahora en 2025.
Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) señalaron que esta infección es “casi siempre mortal”, ya que más del 97 % de las personas que la contraen mueren.
SÍNTOMAS Y RECOMENDACIONES
Los síntomas de la PAM pueden aparecer entre uno y 12 días después de la exposición. Incluyen dolor de cabeza intenso, fiebre, náuseas, vómitos, rigidez en el cuello, convulsiones, confusión y alucinaciones.
Debido a su similitud con la meningitis bacteriana, el diagnóstico suele retrasarse, lo que complica más el tratamiento.
Es por ello, que las autoridades sanitarias han emitido recomendaciones para reducir el riesgo de infección. Entre ellas se encuentran el uso de pinzas nasales al nadar, evitar sumergir la cabeza en aguas termales, no remover sedimentos en zonas poco profundas y utilizar únicamente agua destilada o hervida para enjuagues nasales.
Aunque beber agua contaminada no representa peligro, se insiste en que la prevención es clave, especialmente en verano, cuando las temperaturas favorecen la proliferación de la ameba.