La mexicana de origen ruso, Anastasia Lechtechnko, recibió esta semana una condena a 80 años de prisión por asesinar a su madre y hermana y descuartizar los cuerpos.
En el año 2015, la policía de Tijuana se encontró con una escena dantesca. Cuerpos descuartizados, sangre por todos lados y el cadáver de una niña con los ojos sacados.
Las víctimas eran Valeria, de 11 años, y su madre Yuliya Masney.
Anastasia, de 19 años, estaba drogada esa noche y se peleó con su madre quien era una pianista y artista de circo ucraniana que había emigrado a México. Después de matarla, asesinó a su hermana que tenía discapacidad múltiple.
EL ASESINATO DE SU MAMÁ Y SU HERMANA
La policía precisó que Anastasia asesinó a ambas asfixiándolas con una soga. Seguidamente, las apuñaló y desmembró los cuerpos. Le sacó el corazón a su madre y los ojos a su hermana, un proceso que tomó cerca de 7 horas.
Para cortarles las piernas, brazos y cabezas la joven usó tres cuchillos de cocina. El informe de la Fiscalía señala que lo hizo sin ayuda “porque eran brujas”. Guardó los restos en bolsas negras de plástico que compró en una farmacia y, después, se fumó un cigarrillo.
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Anastasia confesó los asesinatos a su novio y a una amiga tres días después, ellos denunciaron lo ocurrido. La joven afirmó más tarde ante la Justicia que los mató porque sentía punzadas en la espalda y pulsaciones en el cuerpo que no la dejaban dormir.
“Mi mamá se dedicaba a la brujería y mi hermana era una muñeca, su aliada y títere. Y para que no continúen esos trabajos también hay que matarla. Para matar a una bruja, a ese espíritu maligno hay que cortarle partes inferiores”, afirmó ante el tribunal que la condenó a 80 años de cárcel.
Antes de cometer el asesinato buscó en Google “cómo matar a una bruja y cómo desmembrar un cuerpo”. En las búsquedas encontró que de una puñalada en el corazón. La joven anotó las instrucciones en un papel, señaló Infobae.
CONTRADICCIÓN
Más adelante, Anastasia cambió su declaración y aseguró que había sido violada y torturada por los policías. La mujer manifestó que la forzaron a decir que su madre y su hermanita eran brujas.
“Yo había consumido drogas y cristal durante cinco días. Así que cuando me detuvieron me dijeron que si me declaraba culpable me iban a sacar”, dijo en una entrevista.
Además, la justicia no pudo atar todos los cabos sobre el caso. En la escena del crimen había ADN de un hombre que nunca fue identificado.
De igual forma, los cuchillos y las bolsas en las que estaban los cuerpos no tenían huellas dactilares de Anastasia. Aun así, la justicia condenó a la joven a 80 años de prisión por el matricidio y el crimen de su hermana de 11 años.