Por María Laura García
¡Los acuerdos son importante para la paz y la salud mental!
En estos días, una amiga me regresó un libro (eso denota lo bello ser humano que es ¡Lo devolvió!) que apareció en mi mudanza y le recomendé leer, porque siendo corto y absolutamente digerible, encierra una filosofía de vida, muy profunda, con una simpleza que es difícil no recordar. Y le dije, léelo, porque si todos viviéramos siguiendo esos cuatro preceptos seríamos mas felices y el mundo sería un lugar más amable y eficiente emocionalmente hablando.
Este es, sin duda, uno de mis libros preferidos: “Los Cuatro Acuerdos”, de Miguel Ruíz. En el texto, el autor comparte la sabiduría tolteca que resume los cuatro acuerdos que según él deberíamos “respetar” para vivir felices y estar “paz” con nosotros.
Hoy me tomo el atrevimiento de tratar de hacer una pequeña capsula o resumen de lo que recuerdo de estos “Cuatro Acuerdos”. ¿Por qué? Primero que todo para que no se me olviden a mí, porque debemos permanentemente mejorar a nivel personal, y para que los que lo leyeron como yo, lo recuerden también y los que no, ganen cuatro herramientas maravillosas de vida.
Consideremos que, los grandes cambios parten de los pequeños e individuales, esos que nosotros, en el día a día, logramos y éstos redundaran el en bienestar global y colectivo. El mundo debe mejorar, trabajemos en ello, bregando primero en nosotros.
El “Primer acuerdo”…
Sé impecable con tus palabras: debemos ser absolutamente conscientes del poder que tiene cada letra, sílaba, palabra, frase y oración que sale de nuestra boca y yo agregaría, que habitan en nuestra mente; pues con solo pensar cambiamos nuestra energía, y dicha energía incluso, afecta nuestra salud.
Podemos usar las palabras para construir o para destruir. Con una sola oración o frase podemos formar hijos poderosos o temerosos. Con esas mismas palabras podemos crear relaciones amorosas, familiares o sociales placenteras o constructivas o destruirlas.
Podemos hablarnos a nosotros mismos y subir nuestra autoestima o derrumbarnos antes de dar el primer paso.
Nuestras palabras deben ser dichas o pronunciadas para transmitir amor y sabiduría más no para sembrar miedo u odio. No olvidemos que uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice; después de dichas esas palabras solo pueden perdonarse, pero no olvidarse.
Acá el “Segundo acuerdo” …
Nosotros, consciente o inconscientemente, siempre queremos tener el control de los demás, cuando incluso, dominarnos a nosotros mismos nos resulta tenaz.
Y a eso precisamente, hace referencia el segundo acuerdo, de NO buscar controlar los actos de nadie, porque simplemente no se puede, pero lo que sí podemos es decidir la manera como nos dejamos afectar por esos actos de otros.
Este acuerdo, por cierto, es mi preferido: NO TOMES NADA PERSONAL. Por un lado, tú no sabes, que está pasando la persona que te miró o contestó de una manera inadecuada o que simplemente no te miró. Por tanto, considera que, si tienes amor propio y confianza en ti, no tienes por qué afectarte por las reacciones de otros. Todos cargamos con inseguridades, miedos y rencores, y por lo general buscamos descargar esa incomodidad interna sobre los demás.
Entonces asume, que el problema es el otro y no tú. Cuando lo ves así, como algo que no provocaste, sino que lo generó la basura interna del otro, créeme que te resbalará aquello que te digan o hagan.
Si entiendes esto, sabrás que cuando alguien intenta ofenderte realmente no se trata de ti, sino de lo que está pasando en el interior de ese ser humano. Así que, no pierdas tu paz ni te sientas menospreciado por nada de lo que hagan o digan los demás. Nadie puede herirte sin tu consentimiento
Vamos con el “Tercer Acuerdo”…
“No supongas”, siempre es mejor preguntar y aclarar cualquier duda, en lugar de tratar de presumir o tratar de “adivinar” lo que el otro está pensando o diciendo.
Suponer crea sufrimiento, porque al sacar conjeturas, de entrada, estamos inoculando nuestro “veneno emocional’ a los pensamientos de otros. Antes de enojarte o sentirte ofendido, sencillamente pregunta ¿Qué tiene de malo?
Antes de sentirte inconforme por lo que recibes, explícate bien y pide lo que esperas. Antes de juzgar, cuestiona y expresa.
El último: “Cuarto Acuerdo”…
Haz siempre lo mejor que puedas: siempre debes con tus actos jugar a la excelencia y además hacer el bien para otros porque te da placer a ti y no porque esperas ser recompensado.
Si actuamos dando lo mejor de nosotros, nos sentiremos bien, tendremos una autoestima sana y no nos afectará, para nada, lo que piensen de nosotros. Tendremos siempre la satisfacción de cumplir con nuestras propias expectativas.
Finalmente …
Espero te guste tanto como a mi esta sencilla pero efectiva filosofía de vida que seguramente te hará sentir mejor y tener una convivencia más sana con los que te rodean.
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