Una tranquila calle de Huntington Park, California (EEUU), se convirtió en escenario de un despliegue que muchos describen como “militar”. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) irrumpieron en una vivienda utilizando explosivos y un dron para intentar capturar a Jorge Sierra Hernández, acusado de embestir un vehículo federal durante una protesta.
De acuerdo con lo reseñado por CBS News, el operativo no sirvió para encontrar al objetivo (el migrante), sino a su pareja, Jenny Ramírez, y a sus dos hijos pequeños, quienes vivieron momentos de terror.
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Según relató Ramírez, los agentes no se identificaron ni tocaron la puerta. En su lugar, detonaron explosivos que volaron la entrada principal y una ventana, justo donde dormía su bebé.
Un dron ingresó primero, inspeccionando habitación por habitación, seguido por al menos nueve agentes armados. “Se me tapó el oído, me imagino cómo lo sentí. Estaba temblando”, declaró la madre, todavía conmocionada.
“No me avisaron que eran ellos, simplemente volaron mi ventana y mi puerta y un dron entró”, relató. La mujer también señaló que, al pedir explicaciones, los agentes solo respondieron: “Cuando lo encontremos, él sabrá por qué”.
Horas después del operativo, Jorge Sierra Hernández se entregó voluntariamente y fue liberado tras pagar una fianza. Hasta ahora, tanto ICE como el Departamento de Seguridad Nacional no han dado declaraciones oficiales sobre el incidente, ni han aclarado si el uso de explosivos fue aprobado.
SOBRE LA ACUSACIÓN CONTRA EL MIGRANTE
La intervención federal se originó a raíz de un incidente ocurrido durante una protesta contra las actividades de ICE, en la zona de Bell/Maywood, la semana pasada. Según fuentes oficiales, varias personas habrían huido hacia vehículos federales.
Un portavoz gubernamental le dijo a ABC 7 que Sierra Hernández embistió su automóvil contra un vehículo de la Patrulla Fronteriza, lo que habría impedido el desarrollo de las labores de los agentes.
Sin embargo, tanto la familia de Hernández como el alcalde de Huntington Park, Arturo Flores, afirman que se trató de un accidente menor y sostienen que la respuesta de las autoridades federales fue desproporcionada.