El gobierno de EEUU, encabezado por el presidente Donald Trump, aprobó la construcción del llamado Alligator Alcatraz, un centro de detención para migrantes ubicado en los Everglades de Florida y rodeado de caimanes.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la instalación, impulsada por el fiscal general de Florida, James Uthmeier, contará con capacidad para albergar hasta 5.000 personas con antecedentes penales y estará operativa en un plazo de 30 a 60 días.
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El nombre no es una metáfora: el aislamiento natural del pantano y la presencia de fauna salvaje como caimanes y pitones son parte del sistema de seguridad.
El terreno elegido, una pista de aterrizaje abandonada en el Miami-Dade/Collier Training Facility, fue considerado ideal por su bajo costo y “eficiencia” en términos de contención, según las autoridades estatales.
“Si alguien escapa, no encontrará mucho más que caimanes y pitones. No hay a dónde ir ni dónde esconderse”, declaró Uthmeier.
La Guardia Nacional de Florida será responsable de la operación del centro, y se espera que parte del financiamiento provenga de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
En concreto, se trata de un centro de detención temporal aislado para albergar a detenidos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
LOS MIGRANTES DETENIDOS
Desde el gobierno federal, se ha defendido el proyecto como una solución “rentable e innovadora” para enfrentar el aumento de detenciones migratorias bajo la administración Trump.
De hecho, la cantidad de personas bajo custodia de las autoridades federales de inmigración ha alcanzado unas 55.000 durante la actual administración. Es un aumento significativo frente a los cerca de 40.000 detenidos al cierre del gobierno anterior, según datos divulgados por The New York Times.
Ante este incremento, el gobierno federal instó al Congreso a aprobar mayores fondos para ampliar la capacidad total de camas disponibles.
