En un caso que ha generado indignación y preocupación en el ámbito de la salud en EEUU, Wendy Rappaport, una mujer de Minnesota, presentó una demanda contra el sistema hospitalario Allina Health y un cirujano quien, por error, le extirpó un riñón sano en lugar de su bazo enfermo.
De acuerdo con la información reseñada por CBS News, el incidente ocurrió en marzo de 2022 en el hospital Abbott Northwestern, donde la paciente había sido ingresada para una cirugía programada con el objetivo de mejorar su estado de salud.
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Según los documentos judiciales, la intervención quirúrgica se realizó mediante una laparotomía abierta. Pero se señaló que el cirujano removió el riñón izquierdo de Rappaport en lugar del órgano afectado.
Una nota postoperatoria indicaba que el bazo había sido extraído correctamente, pero un escáner posterior reveló que el tejido del bazo permanecía intacto mientras que el riñón había sido removido.
Lo grave, es que este error médico ha dejado a la paciente en una situación crítica, requiriendo tratamiento continuo y diálisis para mantener su función renal.
La demanda presentada por Rappaport acusa tanto al cirujano como al sistema hospitalario de negligencia médica. Se argumentó que el procedimiento fue realizado sin la debida identificación del órgano a extirpar.
Un médico de Iowa City, quien presentó una declaración jurada en apoyo a la paciente, afirmó que este tipo de error no ocurre sin una falta grave de cuidado.
La defensa de Allina Health, por su parte, sostiene que las acusaciones no reflejan la totalidad de la situación y que planean defenderse en los tribunales.
“Aunque no discutimos detalles del cuidado de los pacientes debido a leyes de privacidad, las declaraciones presentadas no capturan completamente la condición del paciente ni el tratamiento médico de emergencia que se le proveyó. Planeamos defender vigorosamente en tribunal el cuidado brindado”, afirmó la organización.
Mientras la batalla legal continúa, Wendy Rappaport enfrenta un futuro incierto. Esto, debido a la pérdida de su riñón sano y las complicaciones derivadas de la cirugía.
En concreto, Rappaport busca una compensación económica mínima de 50.000 dólares, además de la restitución de futuros daños derivados del error médico.
Su caso no solo representa una tragedia personal. También se ha convertido en un llamado de atención sobre la importancia de la precisión médica y responsabilidad profesional en el ámbito de la salud.
