En los últimos meses, las detenciones de migrantes en EEUU han alcanzado cifras alarmantes, impulsadas por operativos intensificados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Según datos recientes, más de 41.000 personas permanecen en centros de detención en todo el país, con Texas y Luisiana encabezando la lista de estados con mayor número de migrantes bajo custodia.
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Texas, debido a su proximidad con la frontera sur, alberga a 6.461 migrantes en diversos centros de detención, como el Centro de Procesamiento del Sur de Texas en Pearsall, que tiene una capacidad promedio diaria de 1.666 detenidos.
Luisiana ocupa el segundo lugar, con 4.435 personas detenidas, destacando instalaciones como el Centro de Detención del Condado de Adams en Natchez, que alberga a más de 2.000 migrantes diariamente.
Otros estados con cifras significativas incluyen Mississippi, con 2.135 detenidos, y Georgia, con 1.514. California y Arizona también figuran en la lista, con 1.377 y 1.312 migrantes detenidos, respectivamente.
A pesar de la disminución en los cruces fronterizos irregulares, las detenciones en el interior del país han aumentado, lo que refleja un cambio en las estrategias de control migratorio.
Este incremento en las detenciones ha generado críticas de organizaciones de derechos humanos, ya que más del 55 % de los migrantes detenidos no tienen antecedentes penales.
Estas cifras han reavivado el debate sobre las políticas migratorias y la necesidad de equilibrar la seguridad nacional con el respeto a los derechos fundamentales de los migrantes.
