Centenares de ciudadanos acudieron este miércoles, 8 de enero, a la capilla ardiente instalada en el Capitolio de EEUU para despedir al expresidente Jimmy Carter (1977-1981), fallecido el pasado 29 de diciembre a los 100 años, antes de que se celebre el funeral de Estado.
Carter, conocido por su integridad y dedicación al servicio público, dejó una huella imborrable en la historia del país. Su legado va más allá de su mandato presidencial, destacándose por su trabajo humanitario y su compromiso con la democracia y los derechos humanos.
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Durante su presidencia, Carter enfrentó numerosos desafíos, pero siempre se mantuvo fiel a sus principios. Su papel en la negociación de los Acuerdos de Camp David, que llevaron a la paz entre Egipto e Israel, es uno de los logros más destacados de su carrera.
Este esfuerzo le valió el Premio Nobel de la Paz en 2002, reconociendo su incansable labor por la paz mundial.
Más allá de su tiempo en la Casa Blanca, Carter continuó su labor a través del Centro Carter, una organización dedicada a la promoción de la democracia, la prevención de conflictos y la mejora de la salud global.
Su trabajo con Hábitat para la Humanidad y su participación en la supervisión de elecciones en todo el mundo son testimonio de su compromiso con el bienestar de la humanidad.
Es por ello, que la comunidad estadounidense ha mostrado un profundo respeto y admiración por Carter durante los eventos conmemorativos.
De hecho, centenares de ciudadanos desafiaron las bajas temperaturas para despedirse del expresidente en la capilla ardiente instalada en el Capitolio. Muchos recordaron no solo su presidencia, sino también su dedicación a causas altruistas y su integridad en la vida pública.
El féretro estará en el Capitolio hasta este jueves por la mañana, cuando será trasladado a la Catedral Nacional de Washington para un funeral de Estado.
