Por María Laura García
Nos pasamos la vida culpando a otros de los que nos pasa, pero estoy segura que si nos revisáramos concienzudamente, me atrevería asegurar que un altísimo porcentaje somos responsables de aquello que no logramos debido a lo que los expertos llaman autosaboteo.
¿Lo has pensado? ¿Te has dado cuenta y lo has asumido? Soy de las que piensa que la mayoría no lo asume, porque nos empeñamos en culpar a las circunstancias de la vida y a los demás de todo lo no grato que nos pasa o por aquello que no obtenemos. Es más, creo que si nos atreviéramos a ser dueños de nosotros, muchos de nuestros problemas y la mayoría de nuestras frustraciones desaparecerían.
¿Eres de los que te propones a diario comer sano o salir a correr por las mañanas o ir al gimnasio después del trabajo, y pasan los días y siempre existen excusas o razones para no hacerlo? ¿Te preparas para aprobar ese examen al cual decides no ir porque no crees que lo pasaras satisfactoriamente? ¿Te enfocas para que esa relación de pareja sea ideal o para conseguir ese trabajo que mereces y cuando estás a punto de conseguirlo e incluso cuando ya lo tienes, sientes y haces algo que lo echa perder todo?
Casi siempre son las dudas las que nos llevan a la NO consecución a través de conductas que nos alejan de nuestros sueños como, por ejemplo, la procrastinación, las excusas, las justificaciones, la indecisión, la vergüenza, la culpa y, en definitiva, partiendo de allí, nos detenemos o boicoteamos.
Se trata de una especie de angustia acompañada de indecisión, algo insoportable que nos hace desistir de o incumplir nuestros objetivos, por tanto, vivimos en un constante auto-sabotaje.
Las causas más comunes del autosabotaje son el miedo, que tiene mucho que ver con la inseguridad. La baja autoestima que nos hace sentir insuficientes, y el perfeccionismo, porque los perfeccionistas suelen fijarse objetivos poco realistas y luego se sienten abrumados cuando no pueden alcanzarlos.
Esto, en general, provoca sentimientos de frustración e impotencia, que a su vez se traducen en autosabotaje. Subrayo que el temor a no cumplir las expectativas paraliza, así como seguir los objetivos de otros y la falta de autocontrol.
¿Cómo nos saboteamos?
Son muchas las maneras de ponernos freno y alejarnos del cumplimiento de nuestras aspiraciones o deseos, por ejemplo, negar nuestros deseos y sentimientos, es decir, ni siquiera pensar en eso que realmente pretendemos. Vivimos sacrificándonos al punto de no escuchar nuestras necesidades internas.
También esa mala costumbre de compararnos con otras personas, sintiéndonos inferiores, por lo cual ni siquiera nos atrevemos a intentarlo. Solemos tener un juez interno muy crítico y hasta perfeccionista.
Otra manera de cerrarnos el paso es la continua procrastinación, las excusas y no saber establecer objetivos, pero, lo peor, es el dejar las cosas antes de terminarlas precisamente por la falta de confianza en nosotros o por comodidad.
Por último, nuestras inseguridades que se manifiestan en el “no puedo”, “no es para mí”, “no me lo merezco”.
¿Cuáles son las características de los que se sabotean?
Las personas que se autosabotean suelen pensar de forma negativa o autodestructiva, es decir, no son positivas. Les falta motivación y suelen no pedir ayuda porque de entrada piensan mal sobre ello, porque sus relaciones suelen ser inseguras y toxicas.
Se abruman por cualquier tropiezo o dificultad, por tanto, son los que abandonan muchas cosas que inician. Se sienten permanentemente agotados por lo cual toman decisiones apresuradas para evitar el cambio; y suelen ponerse objetivos irreales lo que convierte cada uno de sus procesos en un circulo vicioso lleno de todos los elementos que he enumerado.
¿Cómo superar el autosaboteo?
Establece una estrategia para evitar el autosabotaje y si es posible busca ayuda en otros y en expertos, entendiendo que el primer paso es reconocer el cómo te saboteas, es decir, identificar los factores desencadenantes.
Como te dije, debes elaborar un plan y tener muy presente la importancia del autocuidado, haz diariamente cosas pequeñas para sentirte mejor, como escuchar canciones que te relajen, realiza alguna actividad física, lee algo interesante o ve una serie; y desde ese autocuidado y bienestar ten una mente más clara y un cuerpo acto para enfrentar los retos diarios.
Conoce tu mente e identifica a tu juez interno. Establece tus deseos y ponlos en forma de objetivos específicos. Adicionalmente, deja de pensar tanto y actúa más; y pide consejo a quienes ya lo lograron antes que tú.
Recuerda, si podemos ganarnos a nosotros mismos.
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