El ingeniero Miguel José Lara Guarenas explicó este lunes las razones por las que hay tantos bajones últimamente y cuáles son los problemas que enfrenta diariamente el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Lara recordó que «todo sistema eléctrico es susceptible de tener fallas» y el venezolano no es la excepción. Sin embargo, cuando hay «criterios de seguridad y confiabilidad» los bajones no deberían ser notados por los ciudadanos.
«Sus unidades de generación presentan contingencias que, cuando no permiten su funcionamiento seguro, los dispositivos que detectan estas anomalías las sacan de servicio para evitar que les ocurran daños mayores», indicó Lara.
En el caso venezolano, el problema es la «gran cantidad de equipos que operan en condición de precariedad por el abuso recibido». «La probabilidad de que ocurra una falla se viene incrementando día a día»,acotó en una entrevista con Banca y Negocios.
LARA: «LA TENSIÓN SE DEPRIME»
El especialista precisó que cada vez que hay una falla en el sistema eléctrico, la tensión o el voltaje «se deprime». En ese momento es cuando ocurre el bajón «dado que el SEN es interconectado» y se siente en varias regiones del país.
«Una vez que el equipo fallado es puesto fuera de servicio por los dispositivos de protección, dicha falla deja de estar presente y el SEN debería volver a la normalidad sin ninguna consecuencia para los usuarios. Pero ese no es el caso del sistema eléctrico en Venezuela», expuso.
Lara subrayó que no funcionan adecuadamente los sistemas que permiten manejar estas fallas y evitar que los bajones se noten. «Esos equipos especializados para controlar y amortiguar estas fluctuaciones, también se encuentran inoperativos en su gran mayoría», añadió.
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Los bajones son de mayor o menor intensidad dependiendo de la distancia a la que se encuentra el equipo que falló. También influye cuando es una instalación «relevante» del SEN la que falla.
Lara recordó que se han presentado planes para mejorar y recuperar el sistema eléctrico venezolano. No obstante, estima que se necesita de una inversión de unos 20.000 millones de dólares.
